Yo moriré pobre, pero poeta:
Hablando como los dioses.
Y en mi poema definitivo
abundarán versos rotundos
De tal manera que todos
declaren sin remedio:
-¡Que tronco de poeta! Besaba
las rodillas de la mujer que amaba
Y escribía poemas como este,
para leerlos después que hubiese muerto.